lunes, 23 de marzo de 2009

JUGADÍDISMO REPORTAJE DEL DIARIO CRÍTICA A DE ANGELI.



LA JUGADÍSIMA PERIODISTA DEL DIARIO DE LANOTA TUVO UN ATAQUE DE DESMEMORIA Y NO LE PREGUNTÓ NADA ACERCA DE LA TOMA DEL BANCO DE ENTRE RÍOS...
EL PEÓN DE CAMPO DE LOS INTERESES SOJEROS CONFIESA RAMPLONAMENTE QUE NO SABE QUIÉN LE PAGA LOS VIAJES Y ALOJAMIENTO, PERO QUE GASTA EN UNA CAMISA CASI EL 50% DE UNA JUBILACIÓN DE AMA DE CASA, PASA SEMÁFOROS EN ROJO Y OTRAS TRANSGRESIONES DE LEYES DE TRÁNSITO PORQUE CONOCE DONDE ESTÁN LOS PUESTOS DE LA POLICÍA, ADEMÁS DE SUS CONCEPTOS ACERCA DE LA HOMOSEXUALIDAD. NADA MAS FALTARÍA QUE LO CONVOQUEN PARA EL MAIPO HACIENDO DUO CON LANATA, EL DUO FRACA Y SETTI.

“El alojamiento aquí me lo pagan. No tengo idea de quién pone el dinero, lo único que sé es que un par de productores juntan plata y se encargan de todo”, se ataja el presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos Alfredo De Angeli apenas se sienta en el sillón. Cada vez que viene a Buenos Aires, el ruralista se aloja en el Hotel Castelar. En su lúgubre habitación, todavía hay rastros de su despertar. Una cama matrimonial con las sábanas revueltas y los vidrios del baño empañados. Sobre la otra cama está su valija negra con dos mudas de ropa y algunos efectos personales.

–¿Qué recuerda de su ciudad natal, María Grande?

–La escuela primaria. La primera vez que manejé un tractor a los siete años. Cuando corría carrera con los caballos y jugaba al fútbol. Mis diez hermanos y yo sólo hicimos la primaria porque luego nos llevaron a trabajar al campo.

–¿Le hubiera gustado ir a la secundaria?

–Sí. Pero cuando terminé la primaria había que trabajar.

–¿Qué cosas hace cuando se quiere divertir?

–Cenar con amigos y que alguno vaya a contar cuentos. Me gustan las carreras de autos. Soy medio fanático del Gurí Martínez. En TC, me gusta ver correr a los Di Palma.

–¿Disfruta de la música?

–Sí, me gusta el folclore. Me gusta ver bailar rock. Antes, cuando tenía veinte kilos menos, daba algunos pasitos. Pero era medio pata dura.

–¿Recuerda alguna anécdota con su hermano mellizo Atilio?

–Con él principalmente tenemos telepatía. En una época, cuando yo agarraba el teléfono para llamarlo, él llamaba. Cuando éramos chicos nos encontrábamos en la puerta del baño, teníamos la misma sensación en el mismo horario.

–¿Alguna vez intercambió una novia con Atilio?

–¡Sí! Antes, los dos nos peinábamos para el costado. A mí siempre me gustaba bailar con mujeres lindas. Si no, prefería quedarme sin bailar. Entonces, cada vez que yo sacaba a bailar a alguna, él se fijaba e iba por detrás, la sacaba a bailar y la chica terminaba confundida. Un día, después de una pelea muy grande que tuvimos por una mujer, le dije que él siguiera peinándose para el costado y que yo me iba a empezar a peinar para atrás. Desde ese día me peino así. Otra anécdota que me acuerdo es que una vez él andaba de novio y se tenía que ir a Gualeguaychú para carnaval. Yo no sabía que esa chica andaba con él y me puse de novio con ella. Cuando él llegó de Gualeguaychú, me dijo que fuéramos a ver a su novia, que era la mía también. (Risas) “¡Noooo!”, le dije. La noche anterior, yo había quedado en ir a verla pero no pude. Cuando llegamos, ella le preguntó a Atilio: “¿Qué te pasó anoche que no viniste?”. Mi hermano dijo rápido: “No pude porque llovió”. Después tuvimos una gran pelea porque se dio cuenta de que la chica hablaba de mí.

–¿Ella nunca se enteró de que había estado de novia con dos hombres diferentes?

–A lo mejor sabía que éramos dos distintos pero se hizo la distraída. (Risas) (CLARO, PORQUE CON SEMEJANTES BELLEZAS...)

–¿Cómo fue su primera borrachera?

–Tenía siete años. Agarré una botella que había en un horno de ladrillos. Era algo dulce y tomé. Debe haber sido un licor. No pude ir a la escuela porque tenía una borrachera bárbara.

–Cuando toma de más, ¿suele ser un borracho alegre o triste?

–¡Alegre! A la mayoría de los De Angeli nos gusta la música, el vino, el baile y las mujeres.

–¿Es mujeriego?

–No, no.

–¿Está en pareja?

–No, estoy separado.

–¿Le gustaría volver a casarse?

–Sería feo que me llegara la vejez solo. Primero hay que ordenar la vida de uno y después ver. Lo que no debe traer es división a la familia. Eso lo tendré que hablar con mis hijos.

–¿Qué tiene que tener una mujer para estar con usted?

–Y..., no tiene que ser celosa. (Risas) Me tiene que acompañar a los actos y no me tiene que criticar.

–Eduardo Buzzi dijo que a partir del conflicto del campo las mujeres se le acercaban más, ¿a usted le pasó lo mismo?

–Sí, eso pasa. Muchas cartas y tarjetas, pero uno no se puede comprar cualquiera. Un político dijo: “El poder abre sábanas”. Pero yo no me creo con poder y tampoco me abren las sábanas.

–¿Cómo es la relación con sus hijos?

–Bien. Luigi (20) está estudiando y le va bien, Marco (18) va a la escuela de campo y es con el que más problemas tengo porque no le gusta mucho el estudio, y Delfinita (10) va a una escuela religiosa.

–¿Qué haría si se entera de que alguno de sus hijos consume algún tipo de droga?

–Lo llamo y le explico. Una vez me dijeron que Marco había fumado, lo llamé y me dijo que había probado marihuana pero que no iba a seguir. Le dije: “Si seguís es porque algo está mal”.

–¿A sus dos hijos varones les ha dado consejos sobre mujeres?

–No lo hablé, pero si me toca, lo voy a hablar. Es su vida. Además, si uno le empieza a preguntar “¿qué pasa que no estás de novio?”, puede pensar: “Huy, mi papá cree que soy homosexual”. Mejor no meterse. Ya le va a llegar el momento de ponerse de novio.

–¿Le molestaría que alguno de sus hijos fuera homosexual?

–Me dolería un montón pero tendría que aceptarlo. No lo voy a matar por eso.

–¿Por qué le dolería?

–Porque veo la homosexualidad como algo que no es normal
. Es como si tuviera un hijo enfermo. Igual, no creo que los De Angeli sean así. (un perfecto asquito el de chánchelis)

–¿Tiene algún vicio?

–No. No me gusta la timba. Trato de hacer gimnasia. Voy a un gimnasio y hago fierros. Eso me sirve para la salud y para sacar el estrés.

–¿Es cierto que le gusta manejar a altas velocidades?

–Sí, me gusta andar fuerte. (Sonríe) Cuando voy solo, me encanta hacer eso.

–¿Le han hecho multas por exceso de velocidad?

–No, nunca. Además, ya sé dónde está la policía parada en las rutas y los radares. Una vez entré a 150 km cerca de aeroparque y enganché un radar, pero nada más.

–¿Qué otras normas transgrede?

–Pasar un semáforo en rojo. Todos los días hago algo transgresor, claro que sin dañar a nadie. Me encanta cuando todos los autos van uno detrás del otro y no se animan a pasar; yo los paso a todos. Con las mujeres también siempre fui muy transgresor. (Baja la voz y señala: “Está mi hijo, por eso no puedo hablar mucho”.) (además de asquito es un perfecto hdp)

–¿Eso le ha traído problemas?

–No, porque nunca le falté el respeto a ninguna. Si una mujer me llama la atención y me gusta, algo tengo que decirle. Todos los De Angeli somos así.

–¿Qué fue lo que más cambió en su vida desde que empezó a aparecer en la televisión?

–Empecé a dormir poco y comer mal.

–¿Le comenzó a preocupar más su aspecto físico?

–Sí. Por ahí uno ve que no puede estar mal arreglado, sobre todo por la gente a la que representa. La presencia es lo primero, es lo que juzga la persona. Tengo amigas y amigos que me dicen que tal camisa no me combina con tal pantalón. Cuando tengo que ir a un programa, llamo por teléfono a alguien y le pregunto qué me pongo. Me recomiendan camisas claras y que el cinto sea del mismo color de los zapatos.

–¿Quién compra su ropa?

–Siempre voy a tiendas donde atienden mujeres y les pregunto: “¿Cómo me vestirías vos?”. Y me recomiendan. Casi siempre compro en dos o tres tiendas de Gualeguaychú. La otra vez que fui a lo de Mirtha le dije a la chica que necesitaba una camisa buena porque iba a comer con Mirtha y me dieron una muy linda, pero casi quebré. Salía como doscientos y pico de pesos. A mí me encantaba usar la camisa roja del federalismo; aclaro que no tiene nada que ver con Chávez.

–¿Cuál fue el famoso al que más le gustó conocer?

–Hablar con Valeria Mazza porque es muy sencilla, con la misma Mirtha porque me reta y me aconseja, y con los Pimpinela.

–¿Le gustaría protagonizar alguna obra de teatro o participar de un programa de televisión?

–No. Si me ofrecieran hacer un papel igual al que hago, diría que sí. Hay un amigo que me dice que tengo dos cualidades, que soy dirigente y artista. Y unos vagos me dicen que soy el (Luis) Sandrini del campo porque los hago llorar y reír.
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DE http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=21704

2 comentarios:

Ester Lina dijo...

Y bueno... es así nomás... Cada medio ve la realidad con el color de las lentes que llevan puestas... Entonces nada me extraña de Crítica...
Nadie dice que este tipo pertenece al PCR, así que nada nunca le va a parecer suficiente o razonable... porque esos "revolucionarios" agitan para que nada cambien. Yo apoyo la revolución en PAZ, tal como hace la CFK, que va cambiando de a poco cada unos de los aspectos que nos aflijen...
Saludos!!!

Luis Quijote dijo...

"Cosas vederes Sancho que non crederes"