sábado, 22 de agosto de 2009

EL CAMBIO EN LA BANDERA DE LOS ESTADOS UNIDOS.


"Yo levanto mi lámpara junto a la puerta de oro. La Estatua de la Libertad da la bienvenida a los incontables peregrinos, europeos que afluyen en busca de la Tierra Prometida, mientras se anuncia que el centro del mundo ha demorado milenios en desplazarse desde el Éufrates hasta el Támesis y se encuentra ahora en el río Hudson.
En plena euforia imperial, los Estados Unidos celebran la conquista de las islas de Hawaii, Samoa y las Filipinas, CUba, Puerto Rico y alguna islita que se llama, elocuentemente, "De los Ladrones". Ya son lagos norteamericanos el océano Pacífico y el mar de las Antillas, y está naciendo la United Fruit Company; pero el novelista Mark Twain, viejo aguafiestas, propone cambiar la bandera nacional: que sean negras, dice, las barras blancas y que unas calaveras con tibias cruzadas sustituyan a las estrellas.
El jefe de los sindicatos obreros, Samuel GOmpers, exige que se reconozca la independencia de Cuba y denuncia a quienes arrojan la libertad a los perros a la hora de elegir entre la libertad y la ganancia. Para los grandes diarios, en cambio, son unos ingratos los cubanos que quieren la independencia. CUba es tierra. ocupada. La bandera de los Estados Unidos, sin barras negras ni calaveras, flamea en lugar de la bandera de España. Las fuerzas invasoras se han duplicado en un año. En las escuelas se enseña inglés; y los nuevos libros de historia hablan de Washington y Jefferson y no mencionan a Maceo ni a Martí. Ya no hay esclavitud; pero en los cafés de La Habana aparecen letreros que advierten: "Sólo para blancos". El mercado se abre sin condiciones a los capitales ansiosos de azúcar y tabaco":
Eduardo Galeano, Memoria del fuego

No hay comentarios: