Un hombre
que tuvo la voluntad de revertir la situación en la que habíamos quedado después
de gobernar pensando primero en “los de afuera”:
Un hombre
que llegó con, apenas, un 22% de los votos a ocupar la Presidencia de la Nación pero que supo
construir, día a día, un país distinto.
Y que se
ganó la confianza, día a día, de tantos que estábamos desilusionados de la política.
Él supo devolvernos
la calle, la participación, la militancia.
Y a los jóvenes
les permitió descubrir que el instrumento para cambiar la realidad era por la vía
de la política.
Vino a demostrar
con hechos y palabras que existía la voluntad de cambiar. Que bajar los cuadros
de los represores era parte de una política de Memoria, de Verdad, de Justicia.
Que decirle
NO al ALCA era parte de ese cambio de paradigma de desendeudamiento y soberanía.
Un cambio de paradigma.
Un hombre
que una vez nos dijo, recitando un poema, que quería ser recordado “sin
llorar ni lamentarse”
Y nos pidió (proféticamente?)
“quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices
la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre”
“quisiera que me recuerden por haber hecho caminos
por haber marcado un rumbo
porque emocioné su alma
porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados
porque interpreté sus ansias
porque canalicé su amor.
Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices
la seguridad de los justos
el sufrimiento de los humildes.
Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores
con comprensión por mis debilidades
con cariño por mis virtudes,
si no es así, prefiero el olvido,
que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre”
Hubo una vez un hombre, un imprescindible, que vino a proponernos un
sueño. Nos cumplió ese sueño. Con su vida.
Gracias Néstor!
1 comentario:
Y se quedaron dormidos...
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