¡Cómo se nota la matriz opositora, "anti" y muy gorila, que surgió en América latina a raíz de más de una década de gobiernos "que se parecen a sus pueblos"! El texto siguiente, al cual se le pueden hacer pequeños cambios adecuandolo a lo regional, tanto describe a Brasil como a Argentina, a Venezuela como a Bolivia... Parece escrito para la región por la mano invisible del mercado... Es típico "de los prejuicios de clase de los países con enormes períodos sin movilidad social, en la que los estratos superiores pierden la noción de qué son las clases sociales y empiezan a pensar en sí mismos como castas". La versión original está en portugués. Algunas pequeñas modificaciones y sale la versión para Argentina.
VERSION ARGENTINA: QUE ES EL ANTIKIRCHNERISMO?
hace un tiempo que vengo insistiendo en que el antikirchnerismo es una de las fuerzsa políticas más importantes de esta elección. El antikircherismo es una posición y actitud que orienta su decisión electoral exclusiva y principalemtne por el rechazo del Frente para la Victoria y sus principales representantes, Cristina Fernández de Kirhner. El antikirchnerista entiende que su misión cívica y su obligación moral es contribuir para quitar al antikirchnerista del poder y en sus propios términos, mandarlos "para el quinto de los infiernos". El antikirchnerismo repite informaciones sin argumentos, a no ser por aquellos que confirman o podrían ser utilizados para confirmar sus puntos de vista previos. El antikirchnerismo es dogmático: no duda, no hace distinciones, no concede, no considera puntos de vista ni valores alternativos.
El antikirchnerismo se toma de cualquier idea que pueda ser usara para demostrar cómo el Kirchnerismo es moralmente inferior -si, el antikirchnerista es moralista-. Pero se toma de cualquier cosa que le parezca servir. En los comienzo, allá por el 2003, el antikirchnerismo se apegaba a la idea de que el Kirchnerismo daba miedo, pues de un partido como el peronismo dirigido por el gral. Perón, "ninguno sabe qué puede venir, pero ciertamente que nada bueno". Desde entonces hasta ahora, el antikirchnerismo se apegó a todo cuanto le sirva para justificar su desprecio al kirchnerismo: que por su origen, coptó movimientos sociales y pasó a sustentarlos, inventó el racismo por apoyar políticas de inclusión, y su líder es un analfabeto que inventó los programas sociales para mantener a los pobres como clientes del partido, dio dinero a Cuba, Bolivia, Venezuela, avergonzó a Argentina y conta ellos se llevaron a cabo las manfiestaciones.
Provocó a Obama, apoyó a Ahmadinejad y a todos los dictadores de la galaxia, ganando elecciones personas que promovieron el comunismo y el bolivarianismo, crearon un estado enorme y costoso, aislando al país, llenando los centros comerciales, aeropuertos y ciudades turísticas con nueva clase promedio, inventó la capital Evil de la tecnología argentina: Tecnópolis lo que provocó atascos de tránsit gracias a que permitió la compra de autos en muchas cuotas, promovió nuevas universidades públicas formadoras de clientes. Para el antikircherismo fue el kirchnerismo el que promovió el aumento de la delincuencia y tantos impuestos, causó inundaciones, deslizamientos de tierra. Me olvidé de algo? Ah, sí, una encuesta realizada mostró que una buena parte de la población cree que la inseguridad es culpa de Cristina.
Pero el plato fuerte del antikirchnerismo es decir que la corrupción es culpa del kichnerismo. El tema entró en la rueda alrededor de 2005. La corrupción es un comodín: fácil de usar y producir consenso inmediato. Criticar los programas sociales es fácil, tanto como burlarse de la estatización de Aerolíneas o la expropiación de YPF. Es fundamental para un prejuicio de clase y produce una onda de desprecio social.
Para alimentar la idea del antikirchnerismo en cualquier escándalo político la corrupción es clave. El nepotismo, el clientelismo, la malversación, la defensa de los intereses privados, colusión, malversación de fondos públicos, malversación, infidelidad ... todo es corrupción. La corrupción escándalo se estableció definitivamente. La falta de información sobre la historia del sistema y de la política argenatina de las instituciones sería un buen inhibidor de estas certezas, pero estudiar ¿para qué? Todo el mundo sabe que los gobiernos kirchneristas son los más corruptos en la historia y el antikirchnerismo es una fuerza moral y la restauración de la integridad y la pureza de la política. Es dogma.
Y es una paradoja, porque los moralistas políticos más exaltados en general pertenecen al "parque infantil de feo, sucio y malo" de la historia política nacional. Encendidos que profesan el odio contra cualquier tipo de movilidad social, antichavistas, odiadores profesionales, viudos de la dictadura militar, racistas, homófobos, antinacionales al punto de pedir que se pague a los fondos buitre todo lo que diga un juez municipal, violadores de los derechos y fanáticos de todos los colores y estados de ánimo que no se declare que sean kirchneristas.
Por supuesto, no todos los antikirchneristas pertenecen a franjas fascistas de la política nacional. Algunos simplemente están cansados, agotados, kircnerismo hagotado en su fin de ciclo. El kirchnerismo no es juego de niños. Practica una aversión profunda y automática, más de naturaleza psíquica que política, a todo lo que haya realizado el kirchnerismo. Y otros pertenecen a hiperideologías que no apoyan al kirchnerismo. La izquierda que acusa de haber traicionado la causa del socialismo, sosteniendo que las ideas de ellos, que son la base, son superiores a las de la élite, que las movilizaciones de masas son superiores a las instituciones del Estado. El antikirchnerismo de izquierda asistió a las manifestaciones de la mesa de enlace y las caceroleras apostando por aquello de a "cuanto peor es mejor".
El antikirchnerismo no surge por generación espontánea. Fue causado. Y tiene raíces profundas. Viudas de la dictadura militar. También proviene de los prejuicios de clase típicos de los países con enormes períodos de tiempo sin la movilidad social, en la que los estratos superiores pierden la noción de qué son las clases sociales y empezar a pensar en sí mismos como castas. Viene de la represión y el resentimiento de los perdedores en las elecciones sucesivamente que vieron el triunfo de sectores populares; o bien vien de sectores de la izquierda, abandonada en la cuneta porque sería imposible gobernar con ellos y porque el gobierno ha hecho realidad muchos de sus slogans y los va dejando sin temas. Pasa lo mismo con los nanopartidos de izquierda.
O QUE É MESMO ANTIPETISMO?
Faz um tempo já que venho
insistindo que o antipetismo é uma das forças políticas mais importantes
nesta eleição. O antipetismo é uma posição e atitude que orienta a sua
decisão eleitoral exclusiva ou principalmente pela rejeição ao Partido
dos Trabalhadores e aos seus principais representantes, Lula e Dilma. O
antipetista entende que a sua missão cívica e obrigação moral este ano é
contribuir para retirar o PT do poder e, em seus próprios termos,
mandá-lo "para o quinto dos infernos". O antipetismo não considera
informações nem argumentos, a não ser aqueles que confirmam ou possam
ser usados para confirmar os seus pontos de vista prévios. O antipetismo
é dogmático: não hesita, não faz distinções, não concede, não considera
pontos de vista nem valores alternativos.
O antipetista se
agarra a qualquer ideia que possa ser usada para demonstrar como o PT é
moralmente inferior - sim, o antipetismo é um moralismo. Mas se agarra a
qualquer coisa que lhe pareça servir. Quando ainda era jovem, em 2002, o
antipetismo se apegava à ideia de que o PT dava medo, pois de um
partido de esquerda sindical dirigido por um torneiro mecânico ninguém
sabe o que pode vir, mas decerto boa coisa não seria. De lá para cá, o
antipetismo se apegou a tudo quanto era tese que servisse para
justificar o seu desapreço ao PT: é um partido sindical, cooptou os
movimentos sociais e passou a sustentá-los, inventou o racismo ao apoiar
políticas compensatórias, o seu líder é um analfabeto, o seu líder é um
cachaceiro, inventou os programas sociais para manter os pobres como
clientes do partido, deu dinheiro a Cuba, à Bolívia, à Venezuela e a
Eike Batista, aparelhou todas as estatais, envergonhou o Brasil “lá
fora” ao não conseguir fazer a Copa direito (ou, corrigindo, ao tomar de
7 da Alemanha), foi contra ele que foram feitas as manifestações de
junho de 2013, provocou Obama, apoiou Ahmadinejad e todos os ditadores
da Galáxia, elegeu postes ganhando eleições de pessoas altamente
merecedoras, promoveu o comunismo, o bolivarianismo e o gayzismo, criou
um Estado enorme e dispendioso, desindustrializou o Brasil, encheu os
shoppings, os aeroportos e o Orkut com a selvagem nova classe média,
criou o Programa Mais Médicos só para humilhar os médicos brasileiros,
fez amizade com Sarney, Collor e Renan, o trio que inventou o Mal
maiúsculo da política brasileira, promoveu o inchaço das universidades
públicas, causou os engarrafamentos que nos martirizam nas grandes e
médias cidades com esses carros comprados em 200 prestações, criou o
caos nos aeroportos, aumentou a criminalidade, humilhou as Forças
Armadas com essas comissões da mentira, tornou extorsivo o preço do
PlayStation 4 com tantos impostos, causou alagamentos, desmoronamentos e
o incêndio da Boate Kiss. Esqueci alguma coisa? Ah, sim, uma sondagem
feita em São Paulo demonstrou que uma boa parte da população acredita
que a falta de água na cidade é culpa de Dilma.
Mas a peça de
resistência do antipetismo é a corrupção. O tema entrou na roda por
volta de 2005 e não saiu mais do repertório. Corrupção é um coringa:
fácil de usar e produtor de consensos imediatos. Criticar cotas sociais
faz do crítico, imediatamente, um conservador. Tirar onda dos mal
vestidos em aeroportos, das babás impertinentes ou anotar, com
sinceridade, como médicas cubanas são a cara das nossas empregadas
domésticas, faz do crítico um portador de preconceito de classe, e
produz uma onda adversária de desprezo social. Mas, corrupção, não. A
palavra indica a mudança de estado de coisas e pessoas, do positivo para
o negativo: corrompe-se o que era puro, íntegro, perfeito. No
cristianismo, é uma palavra religiosa: queremos a pureza, a corrupção
nos tenta o tempo inteiro.
Para funcionar politicamente, bastava
decidir que PT inventou a corrupção no Brasil e se tornou um mestre
nesta arte. Para alimentar a ideia, é bastante enquadrar qualquer
escândalo político na chave da corrupção. Nepotismo, clientelismo,
prevaricação, advocacia de interesses privados, conluios, desvio de
dinheiro público, apropriação indébita, infidelidade conjugal…tudo é
corrupção. A díade escândalo-corrupção se firmou definitivamente. A
falta de informação sobre a história do sistema e das instituições da
política brasileira (um pouco de Raimundo Faoro ou de Sérgio Buarque de
Holanda) seria um bom inibidor dessas certezas, mas estudar pra quê?
Todo mundo sabe que os governos do PT são os mais corruptos da história e
que o antipetismo é uma força moralista e restauradora da integridade e
da pureza da política. Eis o dogma.
E é um paradoxo, porque os
mais exaltados moralistas políticos em geral pertencem ao cercadinho dos
feios, sujos e malvados da história política nacional. Na minha
timeline ultimamente não tem anticomunista hidrófobo, viúva da ditadura
militar, olavista, racista, homofóbico radical, "hater" profissional,
iliberal, violador de direitos e fanático de todas as cores e humores
que não declare que é o PT, e não o seu próprio grupo de referência e
vínculo, o ninho da corrupção.
Naturalmente, nem todo
antipetista pertence às franjas fascistas da política nacional. Alguns
simplesmente estão cansados, esgotados, exaustos do PT depois de 12
anos. O PT não é moleza, cansa. Não aguentam nem ouvir falar do partido e
têm gasturas tremendas ante a palavra “presidenta” ou diante da
nebulosa argumentativa de Dilma. É uma ojeriza profunda e automática,
mais de natureza psíquica do que política. Outros ainda pertencem às
esquerdas hiperideológicas e marxistas, que não suportam o PT porque ele
encontrou um caminho político para sair do playground infantil, onde a
nanoesquerda brinca de ganhar DCEs e direções de sindicatos, para se
transformar num estrondoso sucesso eleitoral. Para estes, o PT traiu as
causas do socialismo, do alinhamento automático às ideias de que a base é
superior à elite, de que as mobilizações de massa são superiores às
instituições do Estado, de que o capitalismo é inimigo da felicidade e
da verdade. O antipetismo de esquerda frequentou as manifestações de
junho, tacou o terror nas ruas, bloqueou avenidas e estradas durante
todo o segundo semestre de 2013 e marchou contra a Copa em 2014,
apostando no “quanto pior, melhor”.
O antipetismo não surgiu por
geração espontânea. Ele foi causado. E tem raízes profundas. Vem das
viúvas da ditadura militar. Vem também do profundo preconceito de
classes típico de países com enormes períodos sem mobilidade social, em
que os estratos superiores perdem a noção de que são classes sociais e
começam a pensar-se como castas. Vem do recalque e do ressentimentos dos
sucessivamente vencidos nas disputas eleitorais ou dos setores da
esquerda, abandonados à beira do caminho porque seria impossível
governar com eles. E vem dos péssimos costumes republicanos do PT, que
de insuportável moralista no passado se entregou a todos seus apetites
quando conquistou o poder político. O vétero-PT odiava a política
institucional, como todo nanopartido de esquerda, e a tinha em profundo
desprezo: “políticos agem para a satisfação dos próprios apetites ou
para servir ao imperialismo, ao capitalismo ou à classe dominante”,
acreditavam. O neo-PT sequer passou pela fase liberal e republicana da
política, nem bem se acomodou no poder, uma parte dos seus saltou direto
para a voracidade na ocupação de cargos e posições, para a compra de
apoio político, para o aparelhamento. Não, amigos, não foi a mídia, não
foi o STF, não foram as elites. Nem foi exatamente porque agora há
liberdade para se apurar. Foi, isso sim, uma parte do PT quem alimentou e
alimenta o vórtice de escândalos que está presente onde quer que o PT e
os seus aliados governem. Ao menos uma parte do PT é o pior inimigo do
PT porque trabalha diretamente para alimentar o antipetismo que sitiou o
seu partido nesta eleição. Pensem nisso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario