martes, 26 de octubre de 2010

ENTRE LAS MEDALLAS A LOS QUE JUZGARON A LAS JUNTAS MILITARES, LOS PILATOS DEL CASO BERNARDO ALBERTE


Medallas a los que juzgaron a las Juntas Militares

Dice la noticia: El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, reconoció hoy a los jueces de la Cámara Federal que en 1985 juzgaron a las Juntas Militares por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura.
Los premios fueron entregados por Macri en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura de la Ciudad en el cual los magistrados que llevaron adelante el histórico juicio durante la presidencia de Raúl Alfonsín recibieron la Medalla del Bicentenario como reconocimiento a su labor.
Entre los que recibieron la distinción están León Carlos Arslanian, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Valerga Aráoz y Guillermo Ledesma y por Ana D’Alessio, viuda del fallecido magistrado Andrés D`Alessio.

La noticia es más extensa pero me quiero detener en dos casos puntuales.
Porque el asesinato del Mayor Bernardo ALberte sigue impune y en esa impunidad se encuentra el esfuerzo realizado por los dos nombres destacados en negrita.

Un poco de historia:
Eduardo Gurruchari realizó una profunda investigación sobre la vida y muerte del Mayor Alberto en su libro: Un militar entre orberos y guerrilleros, que me regaló Bernardo ALberte (hijo) y que es una de los libros que he leído con más emoción. El primer capítulo lleva por nombre: El asesinato de ALberte y su encubrimiento, escrito sobre la reconstrucción realizada por su hijo.
"Pocos minutos después de las dos de la mañana del 24 de marzo de 1976, arriban a la cuadra del 1100 de la Av. Libertador, vehículos de la Policía Federal y Ejército (los efectivos de esta última fuerza vestidos de acuerdo al más riguroso ´rol de combate´). Con presteza, cuentan algunos vecinos que miraban con terror por la ventanas, cortan el tráfico de vehículo tanto en la Avenida como en las intersecciones de las calles Schiaffino y Ayacucho. Con paso resuelto se dirigen al edificio donde habitaba mi padre conto con mi madre y mi hermana Lidia, rompen la cerradura de la puerta de acceso, suben los seis pisos por escaleras, acompañados por el encargado del edificio que años más tarde testificaría con lujo de detalles todos los hechos, y rompen a punta de bayoneta la puerta de servicio del departamento e ingresan profiriendo gritos e insultos (...) Mi padre toma su arma pero no llega a utilizarla porque los recién llegados, sin otra explicación que los agravios, lo arrojan al vacío. El cuerpo de mi padre cae en el patio del primer piso del edificio que ocupaba un juez de apellido Herrera (...) Mientras tanto nuestra casa es violada y saqueada mi madre y mi hermana son arrojadas al suelo boca abajo a punta de fusil. Lidia es interrogada sobre fotografías familiares, libros y documentos que nuestro padre guardaba en casa y, entre esots últimos, figuraba toda la correspondencia que había mantenido a lo largo de muchos años con el general Juan DOmingo Perón".

La familia peregrinaría primero buscando abogado para patrocinarlos responsabilizando a Videla por el asesinato de su padre. En todos los casos se aportaron identidades de victimarios y testigos.
Después de muchas idas y vueltas, y a pesar de los nombres y testimonios aportados, el día 10 de diciembre de 1985 (paradójicamente en una fecha emblemática para el caso, y durante un gobierno que hizo del juicio a las juntas su bandera de mayor triunfo) el caso cayó en saco roto gracias a la acción, justamente, de dos de los distinguidos por el gobierno de Macri. Obvio, coherente.
Sigo citando el capítulo del libro de Gurrucharri: "...el día 10 de diciembre de 1985, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y COrreccional Federal, con la firma de Ricardo Peres, León Carlos Arslanian y Ricardo GIl Lavedra, después, paradójicamente, ministro de Justicia, resolvió ´sobreseer definitivamente en esta causa en la que no se procesó a persona alguna´. Esto nos demostró que la impunidad de ayer sigue hoy. Impunidad de los que bomabrdearon la Plaza de Mayo, fusilaron, hicieron desaparecer a Evita, impunidad de los que asesinaron a treinta mil argenitnos para que con el terror, José Mar´tinez de Hoz impusiera una política económica que marcó el inicio de un proceso de destrucción del aparato productivo, creando las condiciones par auna economía de especulación que devastó al país y generó una enorme deuda externa".
He aquí, sobreseyendo a lo Pilatos, a dos de los destacado hoy por el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
TOdo un mensaje.
de izquierda a derecha: GIl Lavedra, Carrió, Prat (parte de la plana mayor de la COalición Cívica)

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