La culpa siempre la tiene Cristina.

Señora de "x"edad (pasa los 60) pidiendo turno para práctica de medicina nuclear en centro de salud de Adrogué.
Empleada le explica que, por error en la orden, debe volver a su médico para que corrija, que si quiere esa práctica ese mismo día lo va a tener que abonar y luego pedir reintegro cuando tenga la orden corregida, o corregir la orden para que autorice la obra social y obtener el turno.
Señora insiste en que por qué no puede hacerla (su obra social es IOMA).
La cola de los que esperamos para pedir turno para prácticas diversas, comienza a poblarse.
Empleada le vuelve a explicar a Señora que la orden contiene un error, que si quiere hacer ese estudio sin abonarlo, debe ir a su médico para que la corrija, caso contrario puede hacer ese estudio ese mismo día pero a condición de abonar bla bla bla
Señora rechaza opciones, quiere que le de turno.
Esta situación se repite casi ad libitum...
Mientras, sigue llegando gente.
Empleada vuelvea explicar (por la vez número... ¡perdí la cuenta!) y Señora nuevamente insiste en que quiere que la atiendan...
A ESTAS ALTURAS ADMIRO LA PACIENCIA DE EMPLEADA QUE CON UNA SONRISA EN LOS LABIOS VUELVE A DECIR LO QUE YO YA ME APRENDÍ DE MEMORIA.
Escucho algunos resoplidos entre los que esperan, detrás de mí, para pedir turno...
Señora entonces le dice a la empleada: "Bueno, qué tengo que hacer, entonces" (ahí pienso que Empleada está en su derecho, yo le salgo de testigo que fue en defensa propia, si decide darle una patada en el culo.. pero: NO!, empleada le vuelve a explicar... y con toda amabilidad!)
Señora, finalmente, DERROTADA, acuerda en ir a su médico para que solucione el problema.
Pero, antes de irse, NO OLVIDA DECIR:
"La culpa es de esta mujer que tenemos de presidente".