jueves, 5 de agosto de 2010

LA INSEGURIDAD: MAGNUSCONI


Sorpresivo encuentro: los empresarios más poderosos, 15 de los ejecutivos más influyentes del país posaron para la fotografía de Clarín, un mensaje mafioso de Héctor Magnetto.

Uno de los 15 no quería que sacaran la foto. No tuvo éxito; a regañadientes, aceptó. Todos sabían que desencadenaría la furia en la Casa Rosada.


"Pero ¿cómo no vamos a sacar una foto? ¡La foto es marketing!", protestó otro.

Representantes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Unión Industrial Argentina (UIA) posaron, entonces, delante de la cámara de aficionada de una empleada de la entidad fabril.

Todo bien casero, bastaron dos clics.

Y se difundió entonces la imagen de todos con un integrante que seguramente doblará la irritación: Héctor Magnetto, del Grupo Clarín.

Por bastante menos -el trascendido de un encuentro sin fotos con integrantes de AEA-, el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, había suscitado meses atrás la furia de Néstor Kirchner y una andanada de críticas en medios de comunicación solventados por el Gobierno.

Los empresarios se juntaron esta vez para hablar sobre sus preocupaciones de siempre y difundieron un comunicado en el que expresaron, entre otras cosas, que "un marco institucional republicano sólido, la seguridad jurídica, reglas de juego estables y previsibles y el pleno respeto por la actividad privada son condiciones indispensables para un desarrollo sostenido y continuado que incluya a todos los argentinos".

Estaban, además de Magnetto, Paolo Rocca (Techint), Enrique Cristofani (Santander Río), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Carlos Miguens (Sadesa), Héctor Méndez (UIA), Cristiano Rattazzi (Fiat), Federico Nicholson (Ledesma), Adrián Kaufmann (Arcor), Jorge Sorabilla (TN Plátex), Daniel Funes de Rioja (Copal), Luis Betnaza (Techint), José Ignacio de Mendiguren (UIA), Miguel Acevedo (Aceitera Gral. Deheza) y Jaime Campos (AEA). Faltaron Luis Pagani (Arcor), obligado a ausentarse por la muerte de su suegra, y Osvaldo Rial (Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires), que había confirmado pero se excusó a último momento. Por descuido, el dirigente bonaerense figuraba anoche en la lista del comunicado.

Fue un almuerzo de dos horas en la UIA, pactado varias semanas antes.

Tarteleta de salmón de entrada, carne de segundo plato, helado con crema y frutos rojos de postre y un clásico de los mediodías festivos fabriles: malbec Nieto Senetiner.

Se habló de todo y el más duro fue Magnetto, que se refirió a las formas "autoritarias" del Gobierno. Cuestionó el estilo, que juzgó "complicado", y pronosticó que no cambiaría.

"UNA PROVOCACIÓN"

Con la difusión se buscó mostrar un frente unido.

"Fue una foto que habla", relató después a este diario uno de los asistentes. La imagen-símbolo podría entenderse sólo con volver algunas semanas en el tiempo: el Gobierno viene de intentar, con éxito acotado, que varias empresas abandonaran AEA para hostigar a Magnetto. Lo que hace tres años habría sido un éxodo se redujo esta vez a cinco compañías: Loma Negra, Petrobras, Grupo Plaza, Gas Natural BAN y SanCor.

"Hace dos meses querían vaciarnos; claramente, esto fue un respaldo", se entusiasmaron ayer en la entidad.

Venían de discutir mucho dentro de ambas agrupaciones. En la UIA, durante dos reuniones de junta y comité directivos.

En AEA, entre miembros que juzgaban "una provocación" dar a conocer este encuentro.

Sobre el final, Miguens dejó una propuesta: la conformación de una supraentidad que agrupara a la UIA, AEA y otras. Como ocurre, dijo, con la federación gremial de la industria de Chile (Sofofa) y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Miguens propuso que fuera la UIA la convocante. Una idea que tranquilizó a industriales que se habían molestado momentos antes, cuando Rattazzi deslizó que en la central fabril había dificultades para ponerse de acuerdo.

Bagó agregó que el proceso de unión de los empresarios sería inevitablemente largo y que no había que crear falsas expectativas, sino darle tiempo.

Acevedo fue crítico, como lo había sido un día antes en un foro industrial de Córdoba, y Mendiguren agregó que había que "manejar los disensos", concepto celebrado por Bagó. Cristofani prefirió no hablar.

La charla tuvo un espectro temático amplio. La crisis energética, la inflación, los reclamos salariales, la presión impositiva.

Dos asistentes advirtieron sobre la necesidad de evitar que la Argentina vaya "al chavismo".

"Yo sé que a más de uno esto le va a pegar en el hígado, pero no puede ser que en la Argentina una foto nos ponga en las tapas de los diarios", admitió uno de los presentes.

El primer efecto hepático pareció caer ayer sobre la ministra de Industria, Débora Giorgi, que cuestionó públicamente a los foros de la UIA e IDEA de esta semana (ver aparte).

Casi seguro habrá nuevos mensajeros del humor de la quinta de Olivos. /lanacion.com

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