martes, 1 de junio de 2010

PRO-SAPIA MACRI. CÓMO HACER GANANCIAS A COSTILLA DEL ESTADO. DE PASO LE PAGAMOS LA DEUDA A CLARIN...



La conducción económica del proceso militar, en manos de JOSÉ ALFREDO MARTÍNEZ DE HOZ, utilizó las empresas públicas (Agua y Energía Eléctrica, Comisión Nacional de Energía Atómica, YPF, etc.) para contraer créditos en el exterior pero que no utilizaron para las propias empresas sino que esas divisas fueron volcadas al mercado de cambios para favorecer la apertura de la economía.
De esta forma las empresas públicas fueron profundamente endeudadas y fueron llevadas a un lugar de insolvencia patrimonial. En tanto que la deuda privada, de la cual el 84% era de carácter financiero, es decir: no productiva, tenía al Estado como garante.
La licuación había sido pedida en alta voz por el prohombre de la Patria Contratista Franco Macri. El artículo 1º del decreto 1387 modificó el Código Civil, de modo de favorecer la compensación de deudas entre las empresas y el Estado, un viejo reclamo del Correo Argentino, de Aeropuertos 2000 y de otras empresas privatizadas. A su vez, los bancos podrán convertir títulos en préstamos o bonos garantizados con recursos públicos.
En la lista de quienes podían pagar pero recibieron el favor oficial figuran todos los nombres imaginables: Pérez Companc, Repsol, Telecom, Telefónica, Socma, Arcor, Coto, Aguas Argentinas, Siderar y Tecpetrol (de Techint), Pescarmona, Sideco, Acindar, CTI, las empresas editoras de los amistosos matutinos Clarín y La Nación, CTI, American Express, Iveco, Roche, AEC, Metrogas, Irsa, varias concesionarias de rutas y transportadoras de gas. Sus principales acreedores eran los bancos de la Nación de la provincia de Buenos Aires, y los privados Río, Galicia, Francés, del Lavoro, HSBC, Citi, Boston, ING, todos de capitales estadounidenses y europeos, salvo el Galicia.

Corría el año 1993. Más que correr nos pateaba las canillas.
en Argentina la clase capitalista incrementaba sus ganancias a través de las privatizaciones que generaban una latísima rentabilidad, superior a la de las empresas que operaban en otros sectores de la economía e, incluso, a l aobtenida por empresas similares a escala mundial.
Entre 1993 y el final de esa década, las 200 mayores empresas domésticas generaron beneficios (calculados como rentabilidad sobre ventas) por 28.400 millones de dólares, de los cuales los beneficios de 26 empresas privatizadas incluidas entre ellas fuero 8 veces mayores que los obtenidos por las no vinculadas a las privatizaciones, y representaron unos 16.000 millones de dólares.
La mayoría de los grandes capitales se beneficiaron con esa altísima rentabilidad. Se puede inferir de la participación de las principales corporaciones en las privatizaciones:
de Perez Companc en concesiones viales, generación, transporte y distribución de electricidad, distribución y transporte de gas, petróleo, telecomunicaciones y ferrocarriles.
de Techint: concesiones viales, generación y distribución de electricidad, transporte de gas, petróleo, ferrocarriles, telecomunicaciones y siderurgia.
de Astra-Repsol: distribución de electricidad y gas, y en petróleo.
de Roggio: concesiones viales, petróleo, subterráneos y ferrocarriles.
del CEI-Citicorpo Holdings en generación y distribución elçectricas, distribución y transporte de gas, telecomunicaciones y siderurgia.
de Loma Negra distribución de electricidad y gas, y en ferrocarriles.
DE MACRI: EN CONCESIONES VIALES, DISTRIBUCIÓN DE GAS Y PETRÓLEO.
de Soldati: generación y transporte de elctricidad, gas, petróleo, telecomunicaciones, agua y cloacas, ferrocarriles.

A mediados de 1997 y en mayo de 2000, EL GRUPO LOCAL MACRI se desprendió de su participación accionaria en las distribuidoras Cuyana y del Centro (los compradores fueron LG&E y la Societá Italiana per il gas), como producto de lo cual obtuvo una ganancia patrimonial cercana a los 170 millones de dólares que, sumadas a una masa acumulada de ganancias corrientes del orden de los 130 millones de dólares, le permitió obtener una tasa media de rendimiento anual de la inversión inicial del 20%.

fuentes:
http://www.fmmeducacion.com.ar/Historia/Cacerolazos/062masestatizaciondeuda.htm
BONNET, Alberto. La hegemonía menemista. El neoconservadurismo en Argentina, 1989-2001.
http://www.argiropolis.com.ar/

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